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A 76 años de la liberación de Auschwitz

A las 3 de la tarde de un 27 de enero de 1945, una avanzada soviética llegó a Auschwitz, el campo de concentración más grande construido por los nazis en su ocupación en Polonia. Se estima que allí murieron más de un millón de personas (mayormente judíos y otras minorías como gitanos, prisioneros de guerra, discapacitados, homosexuales, etc) en el marco del programa de exterminio judío promulgado por el régimen de Hitler conocido por los nazis como “la solución final a la cuestión judía”[1]

            Meses antes, la Unión Soviética, a través de la operación Bragation, había roto el frente alemán y liberado su territorio de la ocupación nazi, por lo que luego empezó el avance soviético hacia el occidente, primero en Polonia y finalmente en Alemania.

            Cuando llegaron a Auschwitz, los soldados soviéticos se encontraron con 7000 prisioneros vivos, todos en estado de desnutrición y con varias enfermedades producto de las condiciones inhumanas a la que estaban sometidos. El asombro de los soldados soviéticos fue tal que algunos estuvieron a punto de perder la razón, nunca habían visto algo semejante: cuerpos en desnutrición extrema, cadáveres sin enterrar, crematorios. Años después, varios soldados soviéticos contaron sus experiencias: “Era difícil verlos. Recuerdo sus rostros, especialmente sus ojos que evidenciaban la trágica experiencia”, recordó Ivan Martynushkin que además agregó: “Al principio había cautela, de nuestra parte y de ellos. Pero luego se dieron cuenta de quiénes éramos y empezaron a darnos la bienvenida, a mostrar que sabían que no debían temer, que no éramos guardias ni alemanes”. Anatoly Shapiro, comandante de uno de los primeros regimientos en entrar admitió: “Había visto a gente inocente morir. Gente colgada. Gente quemada. Pero no estaba preparado para Auschwitz”. Otro de los soldados hizo énfasis en el nefasto cartel de bienvenida del campo de concentración: “el saludo cínico nazi encima de las puertas de entrada (a Auschwitz) siempre quedará en mi memoria”, en referencia al lema Arbeit Macht Frei (“El trabajo los hará libres”)[2]


            Pero Auschwitz no fue el único campo de exterminio nazi, existían otros como los de Majdanel, Sachsenhausen, Ravensbrück, Bergen-Belsen, Dachau, Buchenwald y Mathausen, entre otros. Con escenas similares a las de Auschwitz los relatos de los soldados aliados eran conmovedores: "Lo que presencié fue capaz de sobrecoger a un curtido veterano de la guerra como yo. En su interior había filas de literas que contenían a varios hombres desnudos cada una, el hedor era insoportable.... Nunca olvidaré lo que vi aquel día, ni seré capaz de olvidar a una raza capaz de semejante maldad" describió un oficial británico.[3]

            El 2005, la asamblea general de la ONU, estableció el 27 de enero como fecha Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto buscando concientizar sobre el respeto a los derechos humanos, fomentar la tolerancia entre pueblos y defender nuestra humanidad.

           

               



[1] Wistrich R. S. 2002. “Hitler y el Holocausto”, pág. 17. Barcelona: Mondadori.

[2] 26 de enero de 2021. “El horror ’imposible de describir’: cómo fue la liberación de Auschwitz”. Infobae. https://www.infobae.com/america/historia-america/2020/01/26/el-horror-imposible-de-describir-como-fue-la-liberacion-de-auschwitz/

[3] 26 de enero de 2021. “La liberación de Auschwitz. La puerta del infierno”. El Mundo. https://www.elmundo.es/internacional/2015/01/26/54c6352be2704e4a128b457e.html

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